Por: Eugenia Jiménez
Ciudad de México.- Ministros de culto, religiosas, pastoras, hombres y mujeres de diversas religiones han sido activistas de derechos humanos durante décadas en México sin que el Estado tenga un programa de derechos humanos que atienda la iniciativa de éstos.
En el conversatorio digital Aportes de las Religiones y Diversidad Cultural en los Derechos Humanos, organizado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), coordinado por Ignacio Cuevas, Oscar Solano de la Iglesia Veterocatólica en México afirmó que los integrantes de las religiones están llamados a ser agentes formativos de los derechos humanos en sus comunidades siendo una obligación promover y respetar los derechos humanos.
Reconoció que “el activismo social y promoción de los derechos humanos por parte del espectro religioso está presente y se mueve por toda la república mexicana, no obstante falta camino por recorrer por eso se deben animar a otras iglesias y congregaciones a que formen parte de un trabajo conjunto donde las iglesias sean coparticipes de la sanación del tejido social no buscando el silencio de la víctima ni la absolución del criminal sin penitencia sino buscando una nuevo forma educar a las comunidades de fe buscando una civilidad y reconocimiento para la otra y el otro siempre tenido presente que el hacer valer la justicia es un derecho humano”.
Citó a hombres y mujeres que durante años han trabajado en la promoción y defensa de los derechos humanos siendo religiosos o ministros de culto y hoy por hoy son una guía a seguir como los dominicos obispo Raúl Vera, religiosos Miguel Concha Malo y Julián Cruzalta, obispo Samuel Ruiz, pastora bautista Rebeca Montemayor, reverendo anglicano Arturo Carrasco Gómez, entre otros que “se juegan la vida y el puesto clerical por no tener el gobierno mexicano en este momento un programa de concientización para las asociaciones religiosas en materia de derechos humanos y dejando desprotegidos al ministro de culto que dándose cuenta de la violación de los derechos humanos que sufre el individuo como iniciativa propia muchas veces y con sus propios recursos echa andar a la suerte el sustento y el medio para que se deje de violar o vulnerar los derechos humanos de este individuo o de la colectividad”.
Para Oscar Solano “urge que el Estado mexicano tenga para las iglesias un programa de formación para los derechos humanos y que se sugiera a cada comunidad se fomenten programas de formación para estas mismas”.
Con tomar en cuenta a las iglesias para ser promotores de los derechos humanos y sanar el tejido social, advirtió, no se afectaría en nada el Estado laico.
Publicado originalmente en https://capital-cdmx.org/nota-Iglesias-deben-ser-promotoras-de-derechos-humanos-2020151222
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