Basta de aire tóxico
en la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM)
“Si alguien decide vivir en los bosques para gozar de la vida salvaje,
será considerado una persona extraña, o quizás loca. Si, por el contrario,
se pone a cortar todos los árboles para transformarlos
en dinero (muy a pesar de que vaya sembrando la desolación
por donde pase), será tenido como una persona trabajadora y responsable.”
Henry David Thoreau
Monterrey, N.L. 25 de febrero de 2021
Al C. Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón
Gobernador de Nuevo León
Al C. José Manuel Vital Couturier
Secretario de Desarrollo Sustentable
A la Opinión Pública
1. Introducción
Una nota de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fechada en mayo de 2018 reporta que los niveles de contaminación del aire, en muchas partes del mundo, siguen siendo peligrosamente altos. ¿Qué datos aporta? Nueve de cada diez personas respiran aire con altos niveles de contaminantes; siete millones de personas mueren cada año por la contaminación del ambiente (de exteriores) y doméstico.
Han pasado ya 5 años de la aprobación del Acuerdo de París, cuyo objetivo es reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, del cual se desprende, entre otras acciones concretas, la de “promover la resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero” (Artículo 2).
Cada país firmante se comprometió a fijar metas más ambiciosas y compromisos reforzados cada lustro en relación con la neutralidad del carbono. En el caso de México y sus grandes ciudades, todo indica que tales responsabilidades ni siquiera se han planteado de manera estratégica.
En el país no existe una política socioambiental coherente con la suscripción del citado acuerdo internacional; tampoco en Nuevo León se han tomado medidas drásticas ante la progresiva excedencia a las normas de contaminantes atmosféricos, aún y cuando las cifras a escala mundial son alarmantes.
2. Los hechos son contundentes
El 26 de noviembre de 2020, un diario local publicó en su primera plana: Una compañía siderúrgica, incrustada en la zona norte de la ZMM, emitió en 2019 más de mil toneladas de contaminante, ubicando a nuestra metrópoli en el primer lugar de 576 ciudades en la generación del contaminante PM2.5, la partícula más
peligrosa suspendida en el aire. Dicha planta genera además PM10 y óxidos de nitrógeno, partículas y gases que además de contribuir al calentamiento global, perjudican los sistemas respiratorio y cardiaco, y se correlacionan, según estudios recientes, con el incremento en el número de casos y tasa de mortalidad por Covid-19. A propósito, la pandemia ha propiciado la reducción del transporte privado (parque vehicular); sin embargo, la contaminación no cede, lo cual evidencia la gran incidencia de las fuentes fijas.
Los principales contaminantes del aire de la ZMM son las partículas finas suspendidas menores a 10 micrómetros (53%) y menores a 2.5 micrómetros (10%) que contienen, entre otras sustancias, partículas de Ozono, Monóxido de Carbono (CO), Dióxido de Nitrógeno (NO2), Dióxido de Azufre (SO2). Según un diagnóstico publicado en el portal ambiental.com.mx, durante el año 2018 se incumplió la norma vigente en 213 días, se reconoce ahí que sólo 42% del año se registraron valores de contaminación por debajo de la norma, de acuerdo con los registros de las 13 estaciones de la Red de Monitoreo de la ZMM, instalados en diferentes puntos de los municipios. En la nueva norma que se publicó en 2019 los valores permisibles fueron modificados y reducidos al comprobarse el daño que tales contaminantes hacen a la salud de las personas.
Las 13 estaciones de la Red de Monitoreo de la ZMM, no siempre están en funcionamiento, por lo que no son exactos los resultados que arrojan. A principios del 2018 comenzó a funcionar el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire del Área Metropolitana de Monterrey, (OCCAMM), como una organización de la sociedad civil dedicada a acelerar los procesos legales económicos, sociales y culturales que nos permitan contar con una mejor calidad del aire, y pretende que se le reconozca como un organismo autónomo. Ciudadanos que apoyan a dicha organización, han instalado monitores de bajo costo en diferentes puntos de la ZMM para medir con mayor precisión la concentración de las diferentes partículas de contaminantes.
EL Sistema Integral de Monitoreo Ambiental (SIMA) asegura que en 2019 hubo solamente 181 días del año en los que se rebasó la norma federal de salud, sin embargo, según registros del OCCAMM quienes vivimos en Monterrey, despedimos ese año como si hubiéramos fumado el equivalente a cerca de 365 cigarros.
EN el OCCAMM se descubrió recientemente que hay una relación directa, lineal y positiva, entre el número de barriles diarios que se procesan en la refinería de Cadereyta y la concentración de PM2.5 en la metrópoli. Estas partículas son producidas directamente durante el proceso, o bien son el producto secundario de las emisiones de dióxido de azufre (SO2) principalmente. El benzeno es otro contaminante que proviene de la refinación y la quema de combustibles fósiles (gasolina) y se ha asociado a enfermedades y efectos en la salud agudos a largo plazo, como leucemia y otras enfermedades de la sangre (OMS) La ZMM contiene más concentración de benzeno, por encima de Ciudad de México y Guadalajara.
3. ¿Qué han hecho las autoridades locales?
En septiembre de 2016, se presentó el Programa de Gestión para la Calidad del Aire (ProAire), documento preparado por académicos y expertos para el Gobierno del Estado y la Secretaría de Desarrollo Sustentable, que contiene una im-portante guía de acciones para mejorar y prevenir la contaminación ambiental. Tal programa no se ha implementado en absoluto.
En marzo de 2017, el gobernador Jaime Rodríguez Calderón se comprometió a adoptar la Agenda de la ONU para el desarrollo sostenible, la cual incluye el compromiso de procurar aire limpio y cuidar la salud de las personas.
En mayo del mismo año, se formuló una ESTRATEGIA PARA LA CALIDAD DEL AIRE DE NUEVO LEÓN, por parte de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, bajo el programa “Nuevo León Respira”, con una prospectiva hacia el 2030. Se pretende reducir las emisiones de contaminantes con la colaboración de Universidades, Sociedad Civil y Organismos Empresariales, a través de procesos de regulación de fuentes emisoras (fijas, móviles y aéreas) con programas de mejora continua, apoyados con procesos de atención y vigilancia que atiendan quejas y denuncias de la población. Las fuentes móviles son los transportes públicos y privados de pasajeros y de carga; las fijas son industrias y comercios; aéreas con proyectos de construcción, predios públicos y privados afectados por el ser humano y calles y caminos en mal estado; hay además fuentes especiales como el procesamiento y manejo de hidrocarburos (combustibles fósiles), sus emisiones y la calidad de tales combustibles, generación de energía eléctrica y empresas dentro de la ZMM. La estrategia no ha sido puesta en práctica.
4. Demandas de la sociedad civil
En octubre de 2019, ciudadanos de 35 ONGs presentaron ante el Congreso del Estado una iniciativa de Ley con el objetivo de conformar un Comité Ciudadano de la Calidad del Aire, que pueda enfocarse exclusivamente y con criterios técnicos en resolver este grave problema y que sea constituido como un organismo autónomo; aún no han terminado de aprobarla.
El 22 de julio de 2020, otro grupo de ciudadanos presentaron ante el Congreso del Estado otra Iniciativa de Ley con la que se pueda conservar y aumentar las áreas verdes en la ZMM y que se declaren como Grandes Parques o Bosques Urbanos nuestros espacios emblemáticos como la Macroplaza; los Parques Fundidora, La Pastora, La Huasteca; los Ríos Santa Catarina y La Silla y otros espacios públicos que se han estado descuidando y/o utilizando para negocios privados. Esta iniciativa no ha sido atendida.
Exigimos que el Gobierno estatal y la Secretaría de Desarrollo Sustentable tomen en serio el ingente problema de la atmósfera tóxica que se respira en la Zona Metropolitana de Monterrey.
Que la dependencia a cargo cumpla con la responsabilidad que consigna su portal de “establecer, instrumentar y coordinar las políticas, estrategias, planes, programas y acciones que promuevan el desarrollo urbano y medio ambiente sustentables”.
Asimismo, que se informe con transparencia de cuáles y quiénes son los agentes contaminantes, qué hacen el Gobierno y la dependencia encargada y con qué resultados.
El Papa Francisco, en la Encíclica Laudato si’, sobre el cuidado de la Casa Común, habla de la contaminación atmosférica, recordando que todo está conectado, de modo que cada pequeña acción, personal e institucional, incide en el tema; asimismo, insiste en buscar soluciones de fondo, pues “la tecnología que, ligada a las
finanzas, pretende ser la única solución de los problemas, de hecho, suele ser in-capaz de ver el misterio de las múltiples relaciones que existen entre las cosas, y por eso a veces resuelve un problema creando otros” (Ls 20).
Por ello, firmamos este comunicado que recoge el grito de todas y todos quienes habitamos la ZMM: “Basta de aire tóxico”.
Firmas de presbíteros y laicas/os…
Pbro. Luis Eduardo Villarreal Ríos
Comisión Arquidiocesana del Medio Ambiente, Arquidiócesis de Monterrey
Pbro. José Manuel Guerrero Noyola
Comisión Arquidiocesana del Medio Ambiente, Arquidiócesis de Monterrey
Pbro. José Francisco Gómez Hinojosa
Vicario General, Arquidiócesis de Monterrey
Pbro. Elías López Bautista
Pbro. Cosme Carlos Ríos
Pbro. Guillermo Flores García
Pbro. Alejandro Beltrán Garza
Pastoral Universitaria, Arquidiócesis de Monterrey
Pbro. Rodolfo Antonio García Martínez
María Teresa Garza Villarreal
Comisión Arquidiocesana del Medio Ambiente, Arquidiócesis de Monterrey
Maureen Villanueva Lecuona
Pastoral Verde, Arquidiócesis de Monterrey
Sandra Yanette Lozano Garza
Pastoral Verde, Arquidiócesis de Monterrey
Eduardo Arturo Valdez Richaud
Ambientalista