La Sierra Tarahumara es uno de los ecosistemas de mayor riqueza en el mundo y, de manera particular en México.
Forma parte de la Sierra Madre Occidental y se localiza en el Estado de Chihuahua. Colinda en algunos puntos con los Estados de Sinaloa y Durango, el famoso triángulo dorado de la droga en el país.
Está formada por barrancas y cañones, que, al decir de algunos expertos en el tema, son más impresionantes y de mayor belleza que el famoso Cañón del Colorado en los Estados Unidos.
Al menos siete barrancas integran estos macizos montañosos que cuentan con una extensión de más de 60 mil kilómetros cuadrados.
Una interminable sucesión de montañas y cañones que llegan hasta los 2 mil 800 metros sobre el nivel medio del mar en sus picos más altos, forman esta maravilla de la naturaleza.
Un reportaje de la revista National Geographic enuncia algunos datos del valor de la biodiversidad de esta sierra que cito a continuación:
• Alrededor de dos tercios de la madera en pie disponible en México se encuentra en ésta.
• Hasta el momento, se han registrado 3 mil 271 especies de plantas.
• Habitan 470 especies de aves.
• 475 de invertebrados.
• 206 de mamíferos. Y,
• 150 de reptiles.
Las especies de mamíferos van desde pequeños roedores hasta el imponente oso negro americano, el, tan mexicano, jaguar y el puma.
Historiadores afirman que los primeros cristianos que llegaron a esa región, fueron los misioneros de la Compañía de Jesús en 1606.
Antes, incluso de aquellos que llegaron a la Selva Guaraní en 1690.
Ese famoso capítulo en la historia de las misiones cristianas en América está narrado por el dramaturgo austriaco – judío Fritz Hochwälder en su obra teatral El Experimento Sagrado, publicada en la década de los setenta del siglo pasado.
En esa obra, narra el trabajo de los jesuitas en las misiones en América que buscaban evangelizar a los pueblos originarios pero que, al decir de algunos teólogos, también buscaban construir la Ciudad de Dios en la Tierra, la tan anhelada “utopía cristiana” de la igualdad de todas las personas.
Este acontecimiento tan bien fue narrado en la película La Misión, dirigida por el cineasta inglés, también de origen judío, Roland Joffé y estelarizada por Jeremy Irons, Robert De Niro y, un muy joven, Liam Neason.
La banda sonora de la película fue escrita por el músico italiano Ennio Morricone y llega a niveles excelsos en las notas de su tema principal: El Oboe de Gabriel”.
La ambición y la rivalidad de los imperios de la época, España y Portugal, y su conflicto con el creciente poder eclesial llevaron a la confrontación con estas misiones también conocidas como Reducciones.
Los jesuitas han estado en la Sierra Tarahumara desde hace más de 400 años y han experimentado un armonioso y respetuoso sincretismo entre la fe cristiana y las cosmogonías rarámuris.
Nuestra ciudad ha estado estrechamente ligada a esa comunidad. Al menos, desde que Don José Alberto Llaguno Farías, Sacerdote Jesuita, originario de Monterrey, y miembro de una muy apreciada familia de empresarios regiomontanos, fue administrador apostólico y obispo de esa sede.
Los jesuitas han estado en la Sierra Tarahumara desde hace más de 400 años y han experimentado un armonioso y respetuoso sincretismo entre la fe cristiana y las cosmogonías rarámuris.
Hoy, la iglesia de la Tarahumara está de luto, sicarios del crimen organizado, asesinaron a dos sacerdotes ejemplares de esa comunidad.
Joaquín Mora, hijo del arquitecto Joaquín A. Mora, fundador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León y Javier Campos. Ambos estudiaron en escuelas de Monterrey.
Cuando suceden este tipo de acontecimientos, surge la inmediata reacción humana de la condena a los criminales y pedir para ellos los peores castigos.
Incluso, hay quienes afirman que esos criminales no deben ser tratados como seres humanos.
Hace apenas unos días, un querido amigo me compartió una anécdota: Una célula de tres criminales secuestraron a un joven de una tradicional colonia de Monterrey.
Lo emboscaron, lo encapucharon y lo subieron a una camioneta de pasajeros. El joven, lleno de miedo, sólo pudo pronunciar algunas oraciones. En esas oraciones, pedía por sus papás, por sus secuestradores y sus familias.
De pronto, el líder de la banda delincuencial, frenó bruscamente, se ahorilló y dio una orden tajante: “bájenlo a la chingada”, ¿por qué? Preguntaron asombrados sus compañeros de tropelías.
“No estás oyendo que está pidiéndole a Dios por nosotros y por nuestras familias. Nadie antes había pedido por mí”, respondió.
Sin más, los criminales bajaron al joven que pudo regresar a su casa sano y salvo.
Saque usted sus propias conclusiones.
Envío un fraternal abrazo a mi admirado padre Diego Martínez, superior de los jesuitas en Monterrey, al padre Pedro de Velazco, al padre Jorge Humberto Flores, al Centro Cultural Loyola y a toda la comunidad jesuita.
Yo soy Jorge Del Bosque y esto es Visión Del Bosque en Mundo Sustentable.